El fin de año es casi
imposible evitar que evaluemos el año que termina. En términos MUY prácticos no
hay cambio alguno en que sea 31 de diciembre y al día siguiente 1 de enero,
pero nos gusta creer que sí. Al día siguiente las deudas siguen ahí, pero
creemos que esta vez se acabarán, el desempleo continúa ahí pero nos gusta
pensar que ahora si terminará
Pero la verdad es que este día sí cambia las
cosas. No por los astros, no por los números, o porque a los mayas se les acabo
el espacio en la piedra, sino por algo más significativo, valioso, especifico y
contundente…nuestro deseo de que las cosas cambien, mejoren o permanezcan
estables. Nuestra fe en que las cosas reinician, en que podemos recomenzar y
hacer del siguiente un mejor año, esa convicción es la que hace la diferencia,
es por esa fe y esa pasión de fin de año que podemos hacer las cosas distintas.
Pero también es por este asunto de la fecha que no muchos logran cambiar las
cosas. Porque la fe, la pasión, la convicción de esta fecha es como una fiebre
que se pasa con los días y es terminada por el antibiótico de la rutina.
¿Por qué algunos cumplen sus metas del año y otros no?, por la misma razón
que solo el capitán de un barco sabe porque llega al puerto buscado. Sin
planificación no hay viaje, sin inventario de recursos podemos morir de hambre
en altamar, sin un mapa y sin tripulación cualquier tormenta puede hundir. De
esta analogía podemos tomar varios elementos para que el nuevo año sea lo que
deseas que sea.
1.
Escribe tus metas, no en
un papelito, no para comértelo con 12 uvas y pasártelo con vino. En la era de
la tecnología has un buen archivo gráfico, pon un tipo de letra que te guste,
imprime, forra en papel contact y pégalo en el sitio de tu cuarto donde cada
día puedas verlo y recordarte a ti mismo(a) que eso es lo que tu apasionado
corazón desea tener al final del año. (deja casilla a un lado para chulear al
completar J)
2.
Asegúrate de contar con
los recursos para alcanzar tus metas o de tener como metas de corto y mediano
plazo la consecución de los mismos para alcanzar las metas de largo plazo. Por
ejemplo:
a.
Quiero entrar a la
universidad (meta de largo plazo)
b.
Estudiar para el ICFES
c.
Inscribirme y presentar
ICFES
d.
Trabajar para comprar
formulario de universidad
Parece obvio pero algunos
que ni tienen un empleo dicen “quiero comprarme un carro este año” y no piensan
en el costo del curso de manejo ni en los gastos de sostenimiento de un
vehículo.
Algunas metas se logran
solo, como “invertir más tiempo en oración privada con Dios” pero otras metas
pueden fortalecerse con una buena tripulación o al menos con un compañero de
viaje, por ejemplo, salir a hacer deporte o hacer dieta. Es bueno reconocer que
a veces solo es más difícil, que cuando no rendimos cuentas a nadie es más
fácil sabotearnos a nosotros mismos y que de cuando en cuando nos cae bien
alguien que junto a nosotros diga “ufff, esta difícil pero vamos mejorando”.
Tengan un maravilloso fin de año y que el próximo
sea aun mejor, no por cosas fortuitas e inesperadas sino como resultado de su
esfuerzo para con ustedes mismos.
Y una frase final del
propósito recomendado por quienes escriben el blog.
Job 22:21-28 "Vuelve ahora en
amistad con el Señor y tendrás paz; y la prosperidad vendrá a ti. Toma ahora la Ley
de su boca y pon sus palabras en tu corazón, si te vuelves al Omnipotente,
serás edificado y alejarás de tu morada la aflicción. Tendrás más oro que tierra:
como piedras de arroyo, oro de Ofir. ¡El Todopoderoso será tu oro y tendrás
plata en abundancia! Entonces te deleitarás en el Omnipotente y alzarás a Dios
tu rostro. Orarás a él y él te oirá; y tú cumplirás tus votos. Asimismo lo que tú determines se realizará,
y sobre tus caminos resplandecerá la luz.
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