lunes, 6 de agosto de 2012

La visión de la semilla

Alguien pregunto alguna vez ante una audiencia "¿que tengo en la mano?". A la vista de todos era evidente que se trataba de una hoja de papel en blanco, por tanto una gran mayoría expresó "una hoja de papel". Pero unos pocos vieron y expresaron mas.


En las manos de un niño, la misma hoja es tan solo el punto de origen para un avión, un barco, una pelota, un "misil" contra un adversario de curso. Para un adolescente es el arranque para una carta de amor, una nota apasionada, un dibujo creativo, la herramienta para la copia del examen.

En manos de un adulto suele volverse nada mas que lo que es: una hoja de papel.

En manos del apóstol Pablo (aun cuando se trataba de pergaminos y no de papel como tal) era la herramienta para las epístolas, para comunicarse nuevamente con el mundo mas allá de la prisión. Para el marques de Sade un gigantesco espacio donde desarrollar sin el corrugo de las paredes.

En un cuaderno de 100 hojas nosotros vemos 100 hojas, otros ven 100 posibilidades, una centena de dibujos, un centenar de proyectos, 10 conjuntos de 10 elementos, dos cuadernos de 50 hojas. Del mismo modo, ahí donde la estadística pone un número mas en el nacimiento de un ser humano, Dios pone toda una vida de propósito, un enorme y ambicioso proyecto, un ser humano hecho no para responder al mundo sino para aportar a su transformación. Del mismo modo que la semilla en manos de un agricultor es en realidad todo un cultivo, comida, dinero, prosperidad, trabajo, acción, solo Él sabe en que hemos de fructificar.
Para alcanzar plenitud no hay mejor lugar que las manos del agricultor.

¿que sueñas y quien te ha dicho que no puedes?, ¿debe esa vos realmente frenarte?



Basado en:

Gen 45:4-8  No obstante, José insistió: —¡Acérquense! Cuando ellos se acercaron, él añadió: —Yo soy José, el hermano de ustedes, a quien vendieron a Egipto. 5  Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes para salvar vidas.


Exo 3:11-12  Pero Moisés le dijo a Dios: —¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas? 12  —Yo estaré contigo —le respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía:

Jueces 13:5  porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja sobre su cabeza, porque el niño va a ser nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Él comenzará a librar a Israel del poder de los filisteos.» 

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