Dale a una persona a escoger entre una muerte segura o una acción irracional que le da la opción de vivir y escogerá la oportunidad de vivir por imposible que parezca.
Max Lucado
La fe bien puede ser nuestra necesidad de creer que hay algo mejor, mayor, más grande, un ideal, una utopía, un mecanismo de defensa frente al pesimismo de ver un mundo difícil, nuestra respuesta desesperada frente a una publicidad hecha para que nos sintamos menos de lo que somos, nuestra acción frente a la muerte, la guerra y la destrucción. Pues, bienvenida sea la fe, que me acerca a Dios, bienvenida la fe que me ayuda a reconocer que solo no puedo, que es mejor acompañado, que me enseña que la mejor compañía y el mejor apoyo es Dios. Bienvenida la fe que me ayuda a hacerme pequeño para poder comprender el verdadero propósito de ser grande.
Todos los actos de fe, son por si mismos irracionales y suelen estar precedidos de un momento de extremo temor. El relato de Moisés, es un relato de desesperación, un hombre sin alternativas, con el mar rojo enfrente y el ejército egipcio a su espalda, es la historia de un loco que en una ilógica e irracional acción extiende un báculo para dividir las aguas. Cuando una persona se posiciona frente a un tanque de guerra para impedirle el paso, es la historia de un loco de pie, desafiando una muerte inminente, es la historia de un hombre que voluntariamente decide hacer frente a la muerte por un bien superior. Una persona que abandonando su rutina, corriendo el riesgo de, quizá, dejar huérfanos unos hijos, viuda a una esposa, solos a su padre y madre, decide, actuar en fe.
Los actos de fe más cotidianos son tan comunes que no los notamos, pero son sumamente significativos. En un mundo caótico y violento elegir vivir sobre el morir, elegir enamorarse sobre riesgo del fracaso, amar sobre el riesgo de no ser correspondido, cuidar una planta sobre talar un árbol, decidir tener hijos e hijas sobre asesinar, perdonar sobre odiar, fiestas decembrinas sobre amargura, aconsejar a un amigo sobre dejarlo en llanto, abrazar a quien llora con tristeza sobre dejarlo perdido en el dolor. Buscamos aportar en algo a un mundo que muchos dicen no tiene salvación pero que aun así insisten en ayudarlo. Todas son acciones que dicen “deseo continuar, hoy no moriré, hoy quiero seguir adelante porque creo que puede haber algo mejor, creo que puedo disfrutar más la vida”, o como dijo García Márquez “ante la muerte nuestra respuesta es la vida”.
Soñamos y vivimos, soñamos y en una u otra medida caminamos creyendo que pueden esos sueños llegar a ser realidad. Más allá de los dolores de la infancia, la juventud o la adultez continuamos con vida, cuando cada mañana no nos quitamos la vida actuamos con amor, nos amamos lo suficiente como para buscar nuestra preservación. Actuamos con esperanza, y lo hacemos porque creemos que las cosas pueden ser mejores. Actuamos con fe, porque hacemos cosas basándonos en un futuro que como futuro no está aquí, no es real, pero aun así hacia el vamos. Para unos, acciones tontas carentes de sentido, para otros, acciones de fe, esperanza y amor.
Dedicado a la memoria del profesor Iván Velasco, de la universidad del Valle quien alguna vez dijo “aunque las utopías no se cumplan, es imposible vivir sin ellas”
Basado en:
Temor que se convierte en Fe, capítulo 22 del libro “En el ojo de la tormenta” de Max Lucado
http://www.literaterra.com/gabriel_garcia_marquez/discurso_premio_nobel/
http://www.literaterra.com/gabriel_garcia_marquez/discurso_premio_nobel/
1Corintios 1:21 Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.
1Corintios 1:25 Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana.
1 Corintios 13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Hebreos 11:1 Y la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Éxodo 14