Con el tiempo, el ser humano quiso conocer que había más allá de las grandes superficies de agua ¿pero cómo no perderse en el trayecto, el mar en sí mismo no deja huellas?, las aguas siempre están en movimiento y eso no permite trazar una ruta exacta y estática. El ser humano se percata entonces, de la necesidad de tener puntos de referencia estáticos, incambiables, inamovibles. Ve al cielo y se encuentra con las estrellas, puntos que sin falta, cada noche aparecen, las fases lunares igualmente exactas, los eclipses, matemáticamente calculables, y para muchas zonas del planeta, las estaciones climáticas. Nuestro punto de referencia siempre fue todo aquello que fue mayor que nosotros.
Pero nuestro espíritu se hizo competitivo, dejamos de buscar la igualdad y el crecimiento mutuo y quisimos establecer superioridades entre nosotros pero también otros quisimos sentir que otro gobernaba sobre nuestra soberanía.
Conforme entendimos la naturaleza quisimos dominarla en lugar de convivir con ella, de todas las especies de la tierra, nos hicimos la única que en lugar de adaptarnos al medio, adaptamos el medio a nosotros, destruyéndolo. La biblia dice que Dios nos dio gobierno sobre todo lo creado, pero parece que por gobierno, entendimos sometimiento, que en lugar de administración, entendimos “naturaleza, ríndeme pleitesía”, que en lugar de cuídala, entendimos se el amo.
Hoy día, con todo lo que ocurre, con todos los cambios de clima, con los extraños fenómenos en el espacio, con los terremotos y huracanes y tsunamis, no decimos, “no más combustible fósil”, no decimos “vamos a sembrar y apadrinar uno o varios árboles”, “hagamos carro compartido”, “ayudemos a Francisco con mejores ideas”. Con todo lo que está pasando, en lo que piensa la ciencia es en cómo hacer casas más fuertes, sistemas de alarmas más poderosos y efectivos, básicamente pensamos en de donde extraemos más recursos para consolidar nuestra forma de vida en lugar de reconocer nuestro error y reconciliarnos con nuestra tierra. Por más que se nos derrumba el mundo que hemos construido, solo pensamos en cómo hacer edificaciones más altas, que lo soporten todo, sismos, viento, bombas y aviones. ¿Nuestras madres y padres no nos quisieron lo suficiente como para buscar valor, felicitaciones y alabanzas a nosotros por la majestuosidad de nuestro nombre? “Este edificio fue obra de Fulano de tal”.
Decidimos dejar de buscar honrar a Dios, dejamos de verle como referente, decidimos que el creador no nos dijera más de su creación, dijimos “no necesito el manual, se mas que el creador acerca de la creación”.
No es tarde, aun podemos volver nuestros ojos a Él.
Basado en:
Génesis, Capitulo 1, versículos 26 al 28
y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.
Génesis, Capitulo 1, versículos 26 al 28
y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.