El señor fue un niño alguna vez, la actriz porno fue una
bebe, el borracho sobre el andén alguna vez dio su primer paso, la prostituta
alguna vez dijo por primera vez “mamá” y el sicario alguna vez dijo por primera
vez “papá”
Alguna vez todos fuimos un niño,
sano, anheloso de vivir, llenos de metas y sueños como el de volar como Superman o de
defender la vida como un bombero. Todos alguna vez fuimos un niño que se
deleitó en un chocolate tibio un domingo en la mañana, que corrió de alegría
con el timbre para la hora de descanso en el colegio.
Todos alguna vez fuimos un
ser lleno de posibilidades, de esperanza y de poder de amor para cambiarlo
todo.


Sí, la sociedad nos cambió, nos
dijeron que no se puede cambiar el mundo, que no éramos tan inteligentes ni capaces, que eso era para otros, nos
llamaron pobres, nos enseñaron egoísmo, nos adiestraron en mentira y nos
enviciaron a la destrucción.

Un día nació Mandela, antes nació Gandhi y antes nació Jesús,
los que cambiaron el mundo, estos son los que me inspiran desde el pasado, mis
propios hijos me inspiran en el presente y mi propio niño interno me grita e
impulsa constantemente diciendo “Diles que su niño interno aún puede ser Superman y su
niña interna aún puede ser La mujer Maravilla”.
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